Incentivos fiscales para que los inversores suban a los escenarios.

Los productores de teatro o conciertos han encontrado en las AIE un balón de oxígeno, gracias a que la ley les permite ahora dar entrada a inversores privados que obtienen una rentabilidad fiscal del 20%. 

El artículo 36 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades explica que la deducción generada en cada periodo impositivo no podrá superar el importe de 500.000 euros por contribuyente. Además, para que el productor pueda dar entrada al capital privado, tiene que cumplir otros requisitos: no puede recibir ayudas estatales superiores al 80% de los gastos; tiene que contar con un certificado específico otorgado por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música; y reinvertir el 50% de los beneficios obtenidos por su explotación en el sector.


(Fuente Expansión)