Cataluña es la comunidad que más castiga en el IRPF a las rentas bajas y medias.
El impuesto ideado por el departamento de Cristóbal Montoro cuenta con cinco tramos y con tipos impositivos que van del 19% al 45%. Sin embargo, las comunidades autónomas de régimen común tienen competencia sobre el 50% del impuesto y han utilizado su capacidad normativa para establecer sus propios tramos y tarifas. La mayoría ha adecuado su IRPF a los cambios del Gobierno, pero con matices. La estructura fijada por Hacienda en la reforma fiscal no se cumple prácticamente en ninguna comunidad. Hoy el impuesto sobre la renta es distinto en cada una de las comunidades, algo impensable hace algunos años. Esto significa que lo que paga por IRPF un asalariado varía sensiblemente en función de la comunidad de residencia. Cataluña es la comunidad donde las rentas bajas y medidas sufren una mayor presión fiscal. Ello no se debe a que la Generalitat haya subido recientemente el impuesto, sino a que el resto lo han bajado, siguiendo la estela del Estado. El tipo mínimo autonómico del IRPF catalán se sitúa en el 12%, lo que sumado al gravamen estatal del 9,5% arroja una
Cataluña es la comunidad que más castiga en el IRPF a las rentas bajas y medias tarifa del 21,5%. Cataluña tiene el tipo mínimo más alto de España. En cambio, la mayoría mantiene un gravamen en el primer tramo del 19%. Por ejemplo, un contribuyente en Cataluña soltero y sin hijos que gana 15.500 euros (el sueldo más frecuente, según el INE), abona por
IRPF en Cataluña 1.499 euros, 133 euros más que la media o un 9,7% más. En el caso del sueldo medio (22.697 euros), el esfuerzo fiscal que soporta un catalán es un 5% superior al promedio. A partir de salarios de 30.000 euros, Extremadura lidera el ranking. Un residente extremeño que gana 45.000 euros abonará 9.923 euros por IRPF, 543 euros más que, por ejemplo, un castellanoleonés.
En los eslabones más elevados, hasta once comunidades mantienen tipos incrementados que superan el gravamen máximo del 45% que fijó el Gobierno y que se utiliza como referencia para comparar con otros países. De hecho, solo dos comunidades aplican ese porcentaje a las rentas altas. Cataluña, Andalucía, Asturias, La Rioja y Cantabria cuentan con un tipo máximo del 48%. Esto no significa que en esas comunidades las rentas altas paguen lo mismo. La cuota a pagar depende de la composición de los tramos, de los tipos fijados en los eslabones más bajos y, sobre todo, del umbral a partir del cual se aplica el tipo máximo. Por ejemplo, en Cantabria, el gravamen del 48% entra en juego partir de 90.000 euros. En cambio, en Andalucía o La Rioja se aplica a partir de 120.000. Cantabria es la comunidad que más grava los sueldos muy elevados. En Cataluña, el gravamen del 48% solo rige para rentas superiores a 175.000 euros. De hecho, un residente catalán que gana 150.000 euros paga por debajo de la media, lo que refuerza la idea de que los tipos autonómicos en Cataluña perjudican especialmente a las rentas bajas. Madrid y las dos Castillas destacan por mantener en todos los tramos de renta una menor presión fiscal. El caso madrileño es el más llamativo porque sus asalariados aparecen como los que
menos pagan con independencia del nivel de renta. El tipo máximo del IRPF en Madrid también es el más bajo de España (43,5%). Hay casos curiosos. La Comunidad Valenciana, gobernada hoy por PSOE y Compromís, exige un esfuerzo fiscal por encima de la media a las rentas bajas y por debajo del promedio a las altas.
En enero, entró en vigor la rebaja del IRPF estatal y siete comunidades de régimen común también aprobaron modificaciones. Andalucía, Castilla y León y Galicia han rebajado el impuesto y Aragón, Baleares y Cantabria lo han subido. La Rioja, por su parte, ha reducido el IRPF para rentas bajas y medias y lo ha subido para los tramos más elevados. Navarra, que no se ha incluido en los ejemplos, goza como el País Vasco de un sistema foral y tiene plena competencia en el impuesto sobre la renta. El Ejecutivo navarro ha aprobado para este año una drástica subida del IRPF. El tipo marginal máximo navarro alcanza el 52%, el nivel más elevado.
En las comunidades de régimen común, las retenciones que aplican las empresas en las nóminas de los empleados no tienen en cuenta los cambios normativos de las comunidades autónomas. Es decir, el porcentaje mensual que se queda Hacienda se calcula como si las comunidades hubieran replicado la estructura del IRPF estatal.
Los tipos autonómicos entran en juego cuando se presenta la declaración anual. Los contribuyentes que viven en comunidades que exigen un mayor esfuerzo fiscal tienen más posibilidades de que la declaración les salga a pagar. Aun así, hay que tener en cuenta que, con carácter general, aquellos que ganan menos de 22.000 euros anuales no tienen la obligación de presentar la declaración. Por lo tanto, las rentas bajas que viven en comunidades con tipos superiores a los estatales pueden sortear los gravámenes incrementados no presentando la declaración. En cualquier caso, siempre es recomendable solicitar y analizar el borrador para saber qué opción es la más conveniente.
(Fuente Cinco Días)